Dr, Mi hijo Tiene un soplo

 La auscultación cardiaca forma parte de la exploración rutinaria de las revisiones del niño sano. En ocasiones, allí donde deberíamos escuchar el bum-bum rítmico de los latidos del corazón aparece un sonido diferente, lo que comúnmente llamamos “soplo”.

Esta situación suele generar mucha preocupación a los padres, los cuales se preguntan, no sin parte de razón, si algo grave puede estar pasando en el corazón de sus hijos. Sin embargo, la gran mayoría de los soplos cardiacos en la infancia son hallazgos sin importancia, de hecho, a cerca del 90% de los niños en edad escolar se les ha detectado un soplo en algún momento, sobre todo hacia los cinco años de edad.


Explicaremos por qué aparecen los soplos cardiacos y en qué situaciones es conveniente que el niño sea valorado por el cardiólogo infantil.

¿Qué es un soplo cardiaco?

Como decíamos, el corazón al latir hace unos ruidos característicos que a la auscultación suenan como un rítmico bum-bum. Estos ruidos se producen cuando las válvulas cardiacas que separan las diferentes cámaras de las que está compuesto el corazón se cierran a medida que la sangre circula a través de ellas, como si fuera el ruido que hace una puerta al cerrarse, y que se repiten con cada latido durante toda la vida de las personas.

La auscultación cardiaca es importante ya que con ella podemos identificar si el corazón “suena” como tiene que sonar o por el contrario hace algún ruido característico de ciertas alteraciones, como por ejemplo cuando el corazón no late de forma rítmica (en el caso de algunas arritmias) o escuchamos un “ritmo de galope” (cuando se produce una descompensación de una insuficiencia cardiaca). Además, en algunas ocasiones oímos un ruido entremetido en el bum-bum, como si fuera un ruido extra, que es a lo que comúnmente llamamos “soplo”.

Los soplos son ondas sonoras turbulentas que se producen cuando la sangre circula por el corazón o los grandes vasos que salen o llegan a él, de tal forma que con el fonendo se escucha un ruido extra, algo así como bum-pfff-bum. Quien más, quien menos, todos conocemos a algún familiar al que se le identificó un soplo cardiaco y ese fue el primer signo de lo que acabó en el diagnóstico de una valavulopatía (enfermedad de las válvulas del corazón) o el inicio de una miocardiopatía (cuando algo pasa en el músculo cardiaco). Sin embargo, la gran mayoría de los niños a los que se les identifica un soplo no tienen ninguna enfermedad, a diferencia de los adultos que, como acabamos de mencionar, suele ser el extremo de un hilo del que hay que tirar para comprobar qué está pasando.

¿Que un niño tenga un soplo significa que tiene una enfermedad del corazón?

Como ya hemos ido apuntando a lo largo de este texto, la gran mayoría de los niños a los que se les identifica un soplo no tienen ninguna enfermedad, de hecho es muy común que durante algún tiempo se escuche y este desaparezca de buenas a primeras o que en el contexto de la fiebre sea cuando se identifique. Estos soplos cardiacos sin mayor relevancia son a los que nos referimos como “soplos funcionales” o “soplos inocentes”.

Sin embargo, en contadas ocasiones la identificación de un soplo en la infancia sí que puede estar dándonos pistas de que algo pasa en el corazón. Por fortuna, el oído entrenado, como es el de los pediatras, es capaz de identificar qué soplos cumplen las características de un “soplo funcional” o por el contrario se trata de un “soplo patológico” que hay que derivar al cardiólogo infantil.

Como no puede ser de otra forma, los “soplos inocentes” se identifican en niños que no presentan otros síntomas y en el caso de que se hiciera alguna prueba revelarían un corazón completamente normal que durante un tiempo, en vez de latir con el típico bum-bum, le ha dado por ahí y suena con el mencionado bum-pfff-bum. Por todo ello, los soplos inocentes no tienen ninguna trascendencia para la vida del niño y lo habitual es que desaparezcan con el paso del tiempo, así que tampoco hace falta que nos recordéis cada vez que veamos a vuestros hijos que una vez se le escuchó un soplo.

¿Cuándo debe valorar un cardiólogo a un niño con un soplo?

En contadas ocasiones cuando escuchamos que el sonido que nos llega por el fonendo no es el típico de un soplo funcional, debemos sospechar que se trata de un soplo patológico. En estos casos está indicada la derivación al cardiólogo infantil para que valore al niño y si lo cree oportuno le haga una ecografía del corazón. También en aquellos niños que presentan un soplo y tienen otro tipo de síntomas asociados a patología del corazón o en los que tienen antecedentes familiares de enfermedades cardiacas. Con todo ello, los soplos cardiacos son el motivo de derivación más frecuente desde atención primaria a las consultas de cardiología infantil.

La ecografía cardiaca valora la anatomía del corazón. Esta prueba permite a los cardiólogos identificar y diagnosticar qué niños con un soplo patológico realmente tienen algo que motive que el corazón suene diferente. Por el contrario, si ésta es normal, por mucho que el corazón suene diferente, no habría motivo para preocuparse ya que, como suelen decir ellos, “el corazón del niño está sano”.

Un caso especial es el de los niños de corta edad. En general, todos los niños por debajo de los 3-6 meses a los que se les detecta un soplo cardiaco, aunque de primeras el sonido no sea patológico, deben derivarse al cardiólogo. El motivo por el que se toma esta actitud es porque con esta edad es cuando se suelen diagnosticar las cardiopatías congénitas; este tipo de malformaciones suelen detectarse en las ecografías fetales que hacen los ginecólogos a las madres antes de que nazca el niño, pero por desgracia alguna se escapa. Por ello, ante un soplo en un recién nacido o durante las primeras revisiones del niño sano, la detección de un soplo en la exploración garantiza la derivación al cardiólogo infantil.

¿Puede un niño con un soplo hacer vida normal?

Esperamos que después de esta clase de cardiología hayáis entendido que un niño con un “soplo inocente” no tiene ningún tipo de enfermedad. Por ello, por mucho que el corazón haga bum-pfff-bum no hay motivo para asustarse ni para limitar calquier tipo de actividad física, es decir pueden hacer una vida como el resto de los niños de su edad.

En el remoto caso de que el soplo se deba a una enfermedad del corazón-y por tanto se trate de un soplo patológico- las limitaciones físicas las marcará el cardiólogo infantil en base al diagnóstico que presente el niño.


Esperamos que con este texto os hayamos podido transmitir tranquilidad y que no viváis con el corazón en un puño -nunca mejor dicho- en el caso de que en una exploración rutinaria a vuestro hijo le detecten un soplo. Estamos seguros de que vuestro pediatra os derivará al cardiólogo si lo cree conveniente, pero quedaos con el dato de que la posibilidad de que un soplo se deba a una enfermedad del corazón es mínima.

Tomado del Blog dos pediatras en casa

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